Ponerle mucha sal a las comidas
Los doctores recomiendan ingerir aproximadamente entre 2 mil miligramos de sal por día. Sin embargo, es un control que pocas personas llevan y terminan consumiendo hasta 5 mil mg diarios. El exceso de sal causa retención de líquido y esto da como resultado una inflamación del hígado.
No hacer ejercicio
Como ya todos sabemos, hacer ejercicio es fundamental para contar con buena salud. Hacer ejercicio cotidianamente le permite al cuerpo eliminar toxinas y aumenta el funcionamiento del hígado. Al ejercitarse y facilitar el funcionamiento del hígado, las personas evitan sufrir de hígado graso de manera crónica.
Tomar suplementos con extractos de té verde
Algunas veces incluso adquirimos hábitos que consideramos saludables y terminan afectándonos en otras maneras. De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Salud, los suplementos dietéticos con extractos de té verde como así también los suplementos que incrementan la musculatura pueden ser notablemente contraproducentes para el hígado.
No bebe suficiente agua
El agua es un elemento fundamental para conservar la salud del hígado ya que este procesa los desechos del cuerpo y requiere de una cierta cantidad de agua para poder eliminarlos. Al deshidratarnos, el hígado pierde su reserva orgánica y no es capaz de limpiar los tejidos y proteger al resto del cuerpo.
No ingerir suficiente Vitamina B12
La vitamina B12 contribuye directamente al flujo de bilis en el hígado y disminuye la probabilidad de enfermedades hepáticas. Se recomienda que las personas ingieran 2.4 mcg diarios. ¿Cómo hacerlo? incluyendo en sus dietas alimentos como el huevo, el atún, los bifes, el queso, el pollo y el cerdo.
El consumo excesivo de calmantes
Tomar calmantes es casos puntuales no se encuentra contraindicado, pero el uso excesivo de ellos si lo está. Esto se debe que la mayoría de los calmantes cuenta con acetaminofén los cuales al desintegrarse producen un compuesto NAPQI que es contraproducente para el hígado. La Administración de Alimentos y Medicamentos recomienda no superar los 325 mg por dosis.
Ingerir grandes cantidades de productos glucémicos antes de dormir
Los alimentos que contienen muchos carbohidratos impulsan al hígado a trabajar arduamente. Así mismo, el hígado trabaja por las noches por lo que consumir este tipo de alimentos justo antes de irse a dormir fuerza al órgano a trabajar mucho más. En consecuencia, se recomienda optar por frutas, vegetales y lácteos para fortalecer al hígado.
No dormir lo suficiente
Sabemos que dormir 8 horas diarias es altamente recomendable para tener energías suficientes y cuidar la salud. Esto se debe a que la falta de sueño crónica produce genes que interrumpen los ácidos que mantienen al hígado sano. Además, se ha descubierto que el funcionamiento anormal del hígado puede desarrollar células tumorales. Tal como se mencionó previamente, el hígado es un órgano que trabaja primordialmente por la noche, por lo que contar con aproximadamente 8 horas de sueño es altamente prioritario.
Beber grandes cantidades de bebidas azucaradas
Las bebidas azucaradas en excesivas cantidades pueden dañar al hígado. Los especialistas aseguran que consumir dos refrescos azucarados por día son contraproducentes para la salud del hígado y recomiendan reemplazar estas bebidas por té helados o jugos naturales.
No ingerir muchas frutas y vegetales
Consumir una importante cantidad de frutas y vegetales es beneficioso ya que proveen antioxidantes que ayudan a mantener la salud del hígado y, además, recuperan antioxidantes naturales del hígado los cuales utiliza para eliminar toxinas. Dentro de los alimentos que más antioxidantes proveen se encuentran los arándanos, las fresas, la espinaca, los frijoles y las remolachas.
Llevar una rutina muy estresante
De acuerdo con un estudio llevado a cabo por la Universidad de Edinburgo, las personas que sufrían estrés crónico, ansiedad o depresión eran también más propensas a sufrir alguna enfermedad relacionada con el hígado. Esto se debe a que el estrés incrementa la inflamación del hígado al punto de poder causar cirrosis.
No beber café
Aunque parezca extraño beber café moderadamente puede prevenir enfermedades del hígado tales como hígado graso, cirrosis e incluso cáncer de hígado. Por supuesto, la clave en este hábito es mantener un número de dos tazas diarias ya que beber mucha cafeína terminaría siendo contraproducente.
Beber mucho alcohol
De acuerdo con la Fundación Americana del Hígado el 15% de las personas que beben altas dosis de alcohol regularmente desarrollan cicatrización del hígado lo que conduce a distintas enfermedades como puede ser cáncer o cirrosis. Siempre recuerden mantener su consumo en dosis moderadas.
No contar con salud dental
Los especialistas aseguran que hay una conexión directa entre la salud dental y las enfermedades del hígado. De acuerdo con estudios realizado, el 70% de los pacientes con cirrosis también contaban con enfermedades orales, por lo que ir regularmente al dentista es aún más prioritario de lo que se supone.
Fumar
Si bien el hábito de fumar tabaco suele relacionarse con problemas respiratorios, se ha demostrado que este mal hábito también puede aumentar un 46% el riesgo de hígado graso. Por supuesto, este porcentaje puede aumentar significativamente dependiendo de la cantidad de cigarrillos que fumes por día.
Tener altos niveles de colesterol
Contar con una dieta con altos niveles de colesterol “malo” puede perjudicar a la salud del hígado ya que genera grasa alrededor del hígado provocando serias enfermedades. Mientras el hígado lucha para procesar el colesterol, produce también colesterol por lo que es importante controlar los niveles y mantener una dieta saludable.
Consumir demasiada azúcar y jarabe de maíz
El Harvard Health Publishing anunció que el consumo excesivo de azúcar y principalmente de jarabe de maíz puede ocasionar complicaciones en el hígado. Altos niveles de esta sustancia en el cuerpo pueden dar como resultado un hígado graso.
Chequeo anual del hígado
Todos sabemos la importancia de ir anualmente al doctor a realizarnos un chequeo general para saber en detalle cómo está nuestra salud. Sin embargo, solemos ignorar la evaluación que determina el funcionamiento de nuestro hígado. Es importante que también realicemos un análisis ALT y AST para saber también cómo se encuentra este órgano tan importante.
Comer mantequilla
La mantequilla o margarina suelen estar en todas las cocinas y son parte de varias de nuestras recetas. Lamentablemente, la mantequilla contiene grasas saturadas que pueden dañar al hígado e incrementar los niveles de colesterol LDL. Se recomienda eliminar la mantequilla de las comidas o al menos disminuir el nivel de consumo.
Comer mucha carne roja
Un estudio realizado en el año 2018 demostró que ingerir grandes cantidad de carne roja como así también otros alimentos procesados puede deteriorar el hígado y disminuir la resistencia a la insulina. Si bien esto no quiere decir que deban eliminar por completo el consumo de carnes rojas, se recomienda comer en cantidades moderadas y remplazar este tipo de carne por pollo y pescado.
Tener sobrepeso
La mayoría de las personas se preocupan por su peso simplemente por una cuestión estética cuando en realidad el sobrepeso conlleva a problemas más serios. Como muchos otros hábitos, tener sobrepeso por mucho tiempo puede ocasionar hígado graso y deteriorar al órgano. Mantener una dieta sana y hacer ejercicio son la forma más simple de evitar la obesidad.
Ingerir suplementos herbales
Ingerir suplementos herbales pueden dañar notablemente el hígado incluso si el envase dice ser 100% natural. Investigadores en el tema destacaron que este tipo de suplementos causaron el 16% de las enfermedades de hígado en los últimos años. Por desgracia, muchas personas desconocen el daño de estos suplementos y son de los más vendidos anualmente.
Ingerir grasas trans
Las grasas trans artificiales son grasas sin saturar que dejan notorias huellas en el hígado. Esto se debe a que este tipo de grasas generan estrés oxidativo que inflaman el hígado y provocan enfermedades.
No vacunarse contra la Hepatitis B y C
Tanto la hepatitis B como la C son las principales causas de cáncer de hígado. En consecuencia, es de suma importancia vacunarse contra ambas para intentar evitar sufrir estas enfermedades que ocasionan graves daños en el hígado. Además, con el fin de evitar el contagio de hepatitis, sean muy cuidadosos con las prácticas de esterilización a la hora de hacerse un tatuaje.
Desconocer las señales de daño de hígado
Como ya mencionamos es importante controlar el buen funcionamiento del hígado y chequear las condiciones de salud del mismo. Es por esto que todas las personas deben tener en cuenta los principales síntomas de alerta en relación a un hígado con mala salud. Algunas de las señales más importantes son excesiva picazón en la piel, palmas rojas, pérdida de peso repentina, cambio notable en los hábitos de sueño, pérdida de la memoria, cansancio excesivo, tobillos y piernas hinchadas y orina oscura.
No descansar cuando estás enfermo
Normalmente las personas no le prestan atención a pequeños resfriados o pequeñas gripes y continúan con su vida cotidiana. Esto hace que la enfermedad se extienda y que pasemos más tiempo generando anticuerpos para poder sanarnos. Estos anticuerpos podrían inflamar a nuestro hígado a largo plazo. Es por esta razón que se recomienda descansar e intentar curarse cuanto antes.
Aguantarse las ganas de ir al baño
Aunque parezca extraño aguantarse las ganas de orinar es una de las principales causas de los problemas de riñones. La razón de esto es que cuanto más tiempo permanezca la orina en el cuerpo, más bacterias produce las cuales terminan atacando a nuestros riñones.
Ingerir comidas procesadas
Las comidas procesadas suelen contener grandes cantidades de sodio que a largo plazo afectan a nuestros riñones. El fósforo y el potasio también se encuentran en este tipo de comidas y afectan notablemente al funcionamiento de nuestros riñones.
Beber demasiada gaseosa
Las gaseosas, a diferencia de otras bebidas, no aporta ningún tipo de nutrientes, pero si grandes cantidades de azúcar. Debido a esto es que los especialistas recomiendan no beber más de una gaseosa al día.
Automedicarse o no respetar la prescripción médica
Es importante tomar la medicación tal como la prescribió el doctor y no dejar de tomarla simplemente porque nos sentimos bien ya que un corte rotundo o tomar el medicamento en exceso puede afectar el funcionamiento normal de los riñones e incluso causar un efecto rebote.
Presionarse en el gimnasio
Todos sabemos que es fundamental hacer ejercicio para tener una vida sana. Sin embargo, el ejercicio excesivo o exigirse más allá de los límites puede dañar a los músculos y estos lanzarán enzimas que afectan directamente a los riñones al punto de causar una falla renal.
Beber demasiadas bebidas energéticas
Las bebidas energéticas contienen altas dosis de cafeína que pueden causar estrés y presión alta, dos factores que afectan negativamente al funcionamiento de los riñones. Consecuentemente, los especialistas recomiendan un uso cuidadoso de esta bebida e incluso no ingerirla si no se va a realizar una actividad que elimine esta sustancia rápidamente.
Deshidratarse
Como ya mencionamos beber aguas es fundamental para la salud. No beber la suficiente agua diariamente puede llevar a la formación de piedras en el riñón causando fuertes dolores y enfermedades renales.
Actividades fìsicas
La Fundación Nacional de los Riñones indica que cualquier actividad física incrementa la capacidad de descanso, mejora la función muscular y disminuye la presión arterial lo que beneficia al funcionamiento renal. Las actividades físicas no se limitan a caminar o ir al gimnasio, sino que también puede ser jardinería, bailar o andar en bicicleta.
No chequear el prospecto de los suplementos
Ya hemos comentado los efectos negativos de consumir suplementos con ingredientes específicos. Sin embargo, recomendamos tener cuidado con todo tipo de suplementos ya que existen diversas sustancias que pueden afectar a la salud de los riñones. Algunas son los arándanos, la corteza de sauce, aceite de ajenjo, regaliz y geranio. Por supuesto, este tipo de productos solo afectarán si se ingieren en altas cantidades y por una largo periodo de tiempo. La mejor opción es siempre consultar a su médico.
Trabajar de más
Llevar un estilo de vida equilibrado es esencial para tener una buena salud. Incluso cuando se trata de algo tan positivo como hacer ejercicio, hacerlo en exceso puede ocasionar problemas en nuestra salud. Lo mismo sucede con trabajar de más. Excederse en la cantidad de horas de trabajo o pasar la noche despierto incrementan el estrés y aumentan el ritmo de trabajo de los riñones al punto de cansarlos.
Consumir altas dosis de tabaco
De acuerdo a un estudio realizado por el Annals of Internal Medicine, los fumadores crónicos cuentan con un alto riesgo de enfermedad de riñones debido al abuso de tabaco el cual crea creatinina que afecta a la salud de los órganos sin siquiera mostrar síntomas.
Consumir mucha comida chatarra
Sabemos que la comida chatarra puede ser muy tentadora, pero consumirla en exceso puede ser contraproducente. Este tipo de comidas cuenta con altas dosis de calorías, grasas saturadas y sin saturar lo cual afecta directamente a nuestro hígado y a nuestras arterias. Como siempre, el secreto de una buena salud es la dieta balanceada.